Queridos familiares y amigos:

Hoy nos reunimos para despedir a [Roberto Acosta Cobas (1932–2025 ), alguien que ha marcado nuestras vidas de una forma profunda y única. Aunque su partida nos deja un dolor inmenso, también nos deja el regalo de su recuerdo, de su amor, de los momentos que compartimos.

[Roberto ] fue una persona que supo amar, acompañar, y dejar huella en cada corazón que tocó. Hoy no solo lloramos su ausencia, también celebramos su vida: su risa, su generosidad, su fortaleza, y todo lo que nos enseñó con su ejemplo.

No es fácil decir adiós, pero sí es justo agradecer. Gracias por la entrega, por el ejemplo, por cada palabra sabia y por cada gesto  de amor. Hoy somos 5 hijos, 18 nietos y 8 bisnietos quienes seguimos sus pasos. Cada uno de nosotros representa una semilla que sembró con dedicación y cariño.

Despedirse no es fácil, pero creemos que el amor no muere, solo se transforma. “Aunque ya no estés aquí, tu luz seguirá brillando en nuestras vidas.”

Descansa en paz. Siempre estarás con nosotros.